LIVE SHOPPING Y COMPRAS EN REAL TIME
La creciente tendencia por generar contenido diferencial y de interés para los usuarios en las numerosas redes sociales y canales digitales es un bucle constante de información, trends virales, stories, reels… Mantenerse constantemente en la cresta de la ola y poder trasladar esos me gustas, visualizaciones, compartidos y otras métricas de engagement en conversión y monetización, muchas veces se convierte en un reto impracticable para las marcas. El problema se acrecenta cuando, en muchos canales en los que se mueve nuestra comunidad, no contamos con el conocimiento total de nuestra audiencia (sí, las ansiadas first-party cookies). Una posible solución ante esta falta de conocimiento de la audiencia y monetización lleva existiendo desde los años 70 y 80. ¿Se te ocurre de qué estamos hablando?
3…2…1… ¡TELETIENDA!
Quizás el término se nos queda un poco obsoleto. Hoy en día te hablaremos de Live Shopping, pero en el fondo el concepto es el mismo. Nos dirigimos a una audiencia altamente cualificada con formato audiovisual, en real time, a través de un espacio interactivo y, sobre todo, entretenido a través del cual tengo altas posibilidades de conversión de mi producto.
Dentro del Live Shopping podemos diferenciar claramente dos corrientes. Una centrada en el mundo digital, cuando usamos las RR.SS. ya existentes como Instagram o TikTok y activamos nuestra audiencia, iniciando el propio directo de manera endémica desde la plataforma, compartiendo códigos u ofertas especiales para el producto promocionado. Otra corriente se propone aunar el mundo digital con el físico, un ejemplo que todos conocemos son las telepromociones, cuando en un programa de televisión lineal la presentadora o presentador da paso a un evento en directo en una plataforma online. Puede ser en una RR.SS. o en una plataforma de streaming que nos permita hacer el directo en un entorno sobre el que tengamos mayor control, como en nuestra web.
¿Conseguiré un sold out de mi producto utilizando Live Shopping?
A la pregunta del millón, la respuesta es clara y rotunda. Actualmente es imposible que, utilizando sólo Live Shopping, se genere el ruido suficiente para que una buena masa social de tu audiencia complete el proceso: se conecte al evento, interactúe con el contenido y lo más importante, acabe comprando. Para que esto suceda, necesitaremos de una buena planificación y promoción del evento a través de los canales propios y apoyarnos, en la medida de lo posible, en canales externos. Te recomendamos elaborar una estrategia de captación de leads para el propio evento, desarrollar un sistema de notificaciones y recordatorios e generar impactos noticiables sobre el evento… Mantener a tu audiencia con ganas de unirse y, una vez dentro, no permitir que abandonen. Esto de la teletienda moderna no suena nada mal, ¿verdad?
¿Es adaptable a mi producto?
La mayoría de productos que optan por promocionarse a través de esta estrategia son bienes de consumo personal, como artículos de belleza, ropa o dispositivos electrónicos. Pero seguimos dejando una gran cantidad de bienes y servicios fuera de la ecuación. Entre las marcas que ya se han lanzado a experimentar este formato en España, encontramos a Laagam, que en enero de 2021 estrenó su primer Live Shoppping con unos 100 espectadores. También el Real Madrid, aprovechando el inicio de esta temporada, creó un evento conjunto con Adidas y varios jugadores ofertando distintos productos y creando un entorno de entretenimiento para el usuario. Otra marca que también apostó por el Live Shopping fue MediaMarkt con una oferta en conjunto promocionando Google Nest.
Todos estos ejemplos y muchos otros que hemos dejado fuera, consolidan una realidad. Cada vez más las marcas encuentran nuevas vías y formatos, capitalizándolos para llegar al consumidor final y poder rentabilizar con mayor facilidad su inversión en publicidad. Dicho esto, el Live Shopping no deja de ser una estrategia complementaria a la publicidad y contenido orgánico que pueda hacer una marca. Las cifras en Europa todavía están muy lejos de lo que podemos ver en China, el gran impulsor de las compras en vivo, que mueve entorno a medio billón de dólares (460.000 millones de euros) y con un futuro muy prometedor.