NUEVA EDICIÓN DEL ESPECIAL DEDICADO A LAS AGENCIAS DE EVENTOS DE LA REVISTA ANUNCIOS

Carlos Lorenzo, CEO de AVANT Events, reflexiona en la Revista Anuncios sobre presente y brillante futuro del sector de los eventos en nuestro país

Históricamente, los eventos corporativos fueron uno de los primeros recortes ante cualquier inestabilidad política, social y, por supuesto, económica. Digo “fueron” porque creo firmemente que ese tiempo pasado es justo eso, pasado. La pandemia, esa situación única en la historia moderna de la humanidad, no ha hecho sino contribuir a mejorar la reputación del evento. Algo que durante su existencia pareció el final definitivo del sector, se ha vuelto en este corto plazo de 4 años en el hecho más relevante para demostrar, por fin, la importancia y necesidad de la comunicación en vivo para el éxito de las compañías. Ha habido muchos intentos desde que el evento corporativo existe tal y como lo conocemos hoy en día para justificar su valor, con, en líneas generales, escaso éxito de cara a una amplia mayoría de las empresas. Resulta paradójico que haya sido el dichoso virus, y con una metodología tan poco ortodoxa como la prohibición de su celebración, quien consiguiese que el evento corporativo ocupe, por fin, el lugar que se merece.  

Cierto es que esto podría ser una afirmación propia de 2023, o quizá de 2024. Este pasado año ha sido, sin duda alguna, el más brillante de la historia de nuestro sector. No solo superando los datos de 2019, sino haciéndolo de manera muy amplia y, sobre todo, mucho más consolidada. Es verdad que seguimos siendo un sector cuyos datos en general son de difícil estudio, por carecer de medidores y rankings serios. Es verdad que nuestras agencias, sobre todo en estos tiempos de bonanza, son difíciles de cuantificar y clasificar. Pero, en este sentido, se han dado serios y firmes pasos hacia la profesionalización del sector. AEVEA, la asociación que une a las mejores, avanza firmemente en ser un verdadero referente patronal. 

Las empresas, esas mal llamadas clientes, comprenden por fin que es necesario llegar a sus audiencias, ya sean empleados, socios, accionistas o directamente consumidores, de una manera diferente. Y, en eso, el sector de los eventos está más que preparado para recibir los nuevos presupuestos que antes se destinaban a la publicidad convencional y a otras formas de comunicación.  

Pero insisto, estamos en 2025. ¿Seremos capaces de superar 2024? No tengo ninguna duda. Ya no es una inercia ni una subida, es una necesidad consolidada de comunicación que, además, funciona y funciona muy bien. Nosotros, las agencias de eventos, también somos responsables de esto. La profesionalización del sector con la incorporación de nuevos y mucho mejor preparados perfiles, las fusiones y compras de empresas o el crecimiento a través de inversión, han hecho que las agencias seamos mejores y más competitivas. Incluso diría que hemos conseguido, en cierta medida, no solo quedarnos con un trozo más grande de la tarta de los presupuestos, sino entrar directamente en las estrategias de las compañías que nos sitúan en un nuevo plano de importancia de cara a mejorar su cuenta de resultados.  

Es necesario, eso sí y como indicaba antes, mejorar en la medición de los datos que nos permitan tomar decisiones basadas en la situación real y precisa de nuestra industria. Debemos luchar por ello, debemos luchar porque existan herramientas que nos permitan definir qué nos piden las compañías y que nos pedirán.  

También es muy importante depurar nuestras agencias. No todo el mundo sabe hacer eventos y eso es un valor que debemos resaltar frente a las compañías que nos contratan y que confían en nosotros, por fin, como socios estratégicos especializados.  

Sigamos por este camino, y 2025 y los años posteriores serán brillantes.