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MARCAS CON PROPÓSITO

¿O DESPROPÓSITO? 

Áurea Fernandez, nuestra directora de Nuevo Negocio, nos anima a revisar nuestra lista de nuevos propósitos en su tribuna para El Publicista. Cuando priorizamos hacer las cosas bien con perseverancia, esfuerzo y dedicación, los resultados llegan

Termina un año y comienza uno nuevo. Es una época de celebraciones, de reencuentros con familiares y amigos y, para muchos de nosotros, el momento de revisar si hemos cumplido con los propósitos que nos marcamos a principios de año. Como cada diciembre, parece que el cambio de calendario nos concede la “oportunidad de empezar de cero”, y con ese planteamiento, volvemos a elaborar una nueva lista de propósitos como si nada de lo que hubiéramos hecho hasta entonces nos sirviera… Y lo peor de todo es que repetimos de forma reiterada muchos de los objetivos que no conseguimos alcanzar. No hay más que hacer una búsqueda en internet de los propósitos más comunes de Año Nuevo para darnos cuenta de que muchos ya son un “clásico” que a finales de enero hemos abandonado.

«Me asombra cada vez más esta actitud general de nuestra sociedad donde la inmediatez está por encima de la perseverancia, el esfuerzo y el trabajo diario».

Áurea Fernández

Directora Nuevo Negocio, AVANTE

Estamos viviendo una era absolutamente cortoplacista, donde la satisfacción inmediata es más importante que el valor de las relaciones que se mantienen en el tiempo. Estamos convirtiendo las relaciones personales en breves episodios de contacto que buscan nuestra satisfacción personal o simplemente “quedar bien”: ¿para qué pasar por la angustia de conquistar a alguien cara a cara si puedes dar “like” y llamar su atención de una forma más fácil?, o incluso, ¿para qué desplazarnos a ver un amigo el día de su cumpleaños cuando podemos enviarle un WhatsApp y seguir a lo nuestro? Seguro que todos tenemos un sinfín de ejemplos cotidianos sobre los que podríamos reflexionar. 

Esta “forma de ver la vida” nos está afectando en todos los terrenos. En lo profesional, y concretamente dentro de nuestro sector, lo vivimos constantemente: agencias que se fusionan, se reinventan, se fraccionan, o en el peor de los casos, desaparecen. Profesionales del sector con experiencia demostrada durante años que son enviados a sus casas de la noche a la mañana. Anunciantes y/o instituciones que ponen la gestión de sus marcas a concurso de forma recurrente (recordemos que, según datos de COMvergence, en 2022 España ha sido el segundo mercado mundial con mayor número de concursos y movimientos de cuentas, sólo por detrás de la India). Medios que han tenido que adaptar sus estructuras y equipos a las nuevas tecnologías para poder seguir siendo “medios de comunicación”. Soportes que nacen y otros que mueren…Y todo esto ocurriendo simultáneamente y a unas velocidades que no nos permiten crear y establecer relaciones estables y duraderas. Esto, en sí mismo, es un despropósito. 

Vivimos en un constante cambio, y el problema es que a veces corremos el riesgo de cambiar cosas que funcionan o que pueden funcionar si les damos el tiempo lógico. Nos estamos dejando llevar por la gratificación instantánea, dejando de lado el valor que tiene el sacrificio de una relación continuada y la sana evolución en los cambios que se logran con paciencia y de forma sostenida.  

Cuando pienso en todo esto (afortunadamente sólo lo hago de vez en cuando), me viene a la mente una frase que nos dice habitualmente nuestro CEO, Jesús Suso: “Cuando las cosas se hacen bien, los resultados llegan”. Creo que es una gran frase aplicable a todos los aspectos de la vida: personal, familiar, social, económico, profesional… Esta es la filosofía de marca AVANTE y está en nuestro ADN; es la que nos ha permitido llegar a cumplir 30 años en el sector, sumando equipo, talento, oficinas, clientes, herramientas, volumen de facturación y premios. Y esto, para mí, significa tener un verdadero propósito, permanente en el tiempo y asentado sobre unos valores que no cambian. Obviamente hemos evolucionado desde entonces y lo seguimos haciendo, en los procesos y en las formas, pero con el mismo fondo: hacer las cosas bien. 

Por esto, os invito a revisar vuestra lista de propósitos para el nuevo año. No hace falta “partir de cero”, es preferible hacerlo desde donde estamos ahora, celebrando los éxitos conseguidos y aprendiendo de los fracasos para ir mejorando un poco cada día. Eso sí es sostenible y se puede lograr. Los verdaderos propósitos son los que contribuyen a una sociedad mejor, y en esto, tanto las personas como las marcas tenemos un papel clave. Hagámoslo posible mientras disfrutamos del camino. 

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