La adaptación de la agencia de medios y la importancia del ornitorrinco
Cuando me pidieron desde IPMARK que escribiera un artículo para este especial de Agencias de Medios, estuve tentado en hablar de los medios en la era post-Covid, del futuro sin cookies o de la omnicanalidad como estrategia de personalización. Pero esta vez voy a aprovechar para hablar de nosotros. De las agencias de medios y de sus profesionales. Y dado que es nuestro especial, permitidme la licencia de sacar pecho por una vez y decir con orgullo que creo que somos una especie única (porque decir mejorada sonaría pretencioso, ¿no?).
Las agencias de medios somos el ornitorrinco de las profesiones. Nos hemos transformado tantas veces, evolucionando y adaptándonos a los cambios en el medio, que desde fuera cuesta entender lo que eso significa. Y, al igual que el ornitorrinco sirve como indicador de la calidad del agua de los ríos donde habita, las agencias de medios somos el primer indicador de la salud de la economía.
Y es que, apreciados colegas, no sé a vosotros, pero a mí me cuesta pensar en un entorno profesional más dinámico y cambiante que el nuestro. Puede ser por un punto de egocentrismo profesional (la gente del marketing somos así) o porque en todos los años que llevo trabajando (que son ya unos cuantos) en agencias de medios (que también han sido unas cuantas) creo que no he vivido dos días iguales.
Vivimos para adaptarnos constantemente a la evolución del entorno y de nuestros clientes. Y de los clientes de nuestros clientes. Y estos tienen la extraña manía de levantarse cada mañana con el objetivo de querer diferenciarse. Por lo que, si en algún momento llegáramos a vivir la entelequia de tener algo de estabilidad, duraría muy poco, ya que nos encargaríamos nosotros mismos de forzar el cambio como oportunidad para destacar e innovar.
Y esto hace de las agencias de medios un ecosistema único. Y de todos los profesionales que trabajamos en ellas una especie muy singular. Mutantes con el superpoder de la adaptación. Si Darwin levantara la cabeza, cambiaría las islas Galápagos por analizar una agencia de medios. Y en un ejercicio de brainstorming conmigo mismo, he analizado las claves que hacen que seamos sin duda una de las profesiones mejor adaptadas.
¿Por qué somos de las profesiones mejor adaptadas?
Trabajamos para todos los sectores y territorios. Sabemos de todo. Esto nos permite, además de ser imbatibles en el Trivial, conocer la realidad de cada uno de nuestros anunciantes y de sus negocios. Cada marca, como un libro de una biblioteca, es una oportunidad de conocimiento de su sector. Lo mismo estamos hablando con un anunciante del proceso de cultivo de la remolacha azucarera que con otro de la Ley 16/2011 sobre contratos de créditos al consumo.
Absorbemos por osmosis natural lo fundamental de cada uno de los clientes con los que colaboramos. Este es el único camino para saber ayudarles de una manera eficaz. Y, si se nos acaban los temas de conversación, no os preocupéis que siempre habrá un concurso listo para sacarnos de la rutina.
Trabajamos con todos los players de este juego. A lo Andrés Iniesta, conectamos con todas las piezas del engranaje para que la maquinaria del marketing funcione lo más eficientemente posible. Conectamos con los anunciantes, pero también tenemos la oportunidad de relacionarnos con sus agencias de comunicación y creativas, con sus call centers, con sus departamentos de ventas, con sus proveedores tecnológicos y, como no, con todos los medios y soportes.
Y gracias al lujo de poder relacionarnos con todos estos profesionales en su campo, podemos aprender de ellos y mejorar nuestras capacidades. Y, además, tener un montón de contactos en LinkedIn…
Trabajamos con lo último en innovación y tecnología. Ocupar un puesto tan transversal nos permite tener acceso a herramientas increíbles. Y la visión holística del proceso y nuestra creatividad para coger algo y darle una aplicación diferente, nos permite integrarlas dentro de nuestro ecosistema para ofrecer soluciones más eficaces y eficientes. Y, por qué no decirlo, ser mucho más molones. CRM, DMP, DSP, SSP, RTB, IA, OOHD, HBBTV… detrás de este mar de acrónimos, dignos del mejor trabalenguas, existen increíbles desarrollos tecnológicos a nuestro alcance para poder hacer virguerías.
Trabajamos en entornos de máxima exigencia. Somos responsables de la marca, de la correcta comunicación y de los objetivos de nuestros clientes. Llevamos sobre nuestros hombros la carga de los resultados. Casi siempre es una carga injusta ya que rara vez controlamos todos los factores. Pero reconozcámoslo, en el fondo nos gusta esa presión, ya que saca lo mejor de nosotros mismos y nos mantiene al pie del cañón. Aunque nuestros cardiólogos no piensen lo mismo.
En definitiva, somos unos afortunados por trabajar a la vanguardia del cambio siendo, más que espectadores, catalizadores privilegiados de la evolución de la sociedad y del mundo. Ahora más que nunca, nos toca seguir haciendo lo que mejor sabemos: impulsar a las marcas una vez más para alzarlas como motor de la recuperación.
¿Qué hay que tirar del carro ayudando a los anunciantes a adaptarse y salir de la crisis? Sujétame el cubata…
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